Fisioterapia pediátrica: masajes para bebés

Existen múltiples métodos de masajes para bebés y técnicas de estimulación táctil indicados para distintos problemas: cólicos del lactante, disfunciones respiratorias, masajes calmantes…

La piel de los bebés

La piel de los bebés cuenta con el mismo número de capas que la piel de los adultos, pero cada capa tiene un espesor menor por lo que en los bebés se trata de un órgano muy delicado. Generalmente la piel de un adulto es cinco veces más gruesa que la piel de un bebé.

La piel de los bebés es muy frágil, siendo al mismo tiempo uno de los órganos más importantes en el desarrollo. La forma más agradable y suave que tenemos para llegar a los bebés es a través del tacto y de los masajes.

Tenemos que tener en cuenta que la piel es una importantísima fuente de información para estimular un correcto desarrollo de las distintas partes del cuerpo además de resultar la mejor barrera de defensa ante agresiones externas.

Como aplicar el masaje

Preparativos previos:

Recomendamos empezar el masaje tumbando al bebé en una cama (o cambiador) procurando un ambiente tranquilo, con poca luz, buena temperatura y poco ruido. Es importante contar con tiempo y no estar pendiente del reloj.

Si el bebé está vestido, se va desnudando despacio y se le va contando que llega la hora del masaje y que será un momento muy placentero para ambos. Se pude poner una música tranquila o cantar la persona que vaya a darle el masaje (o algún acompañante).

El momento del baño y sobre todo del secado, es uno de los momentos más adecuados para iniciar el masaje. Suele ser un momento de tranquilidad para los bebés.

Productos para facilitar el masaje

La crema o aceite que usemos para hidratar la piel del bebé después del baño nos ayudará a recorrer la piel de los bebés con mayor facilidad. Se pueden usar cremas hidratantes especiales para bebés, aceite de almendras, mezcla de rosa mosqueta con crema…etc.

Desarrollo del masaje

Iniciamos el masaje con caricias superficiales recorriendo todo el cuerpo para posteriormente pasar al tacto profundo, evidentemente sin hacer daño al bebé. Durante los primeros meses de vida, este será el contacto más estimulante. Recomendamos una presión un poco más profunda ya que es la que verdaderamente estimula los receptores cutáneos de la piel del bebé y despierta a su sistema nervioso alimentándolo con estas nuevas experiencias.

Diferenciando por zonas

Con la crema podemos ir recorriendo todo el cuerpo prestando especial atención al contacto con sus manos y con sus pies. Ambos son elementos fundamentales para lograr las metas motoras que tendrá más adelante: agarre, pinza, gateo, bipedestación… Las extremidades se van masajeando de una en una “tirando” hacia delante y hacia atrás con cuidado. Se pondrá especial cuidado en cada dedo, tocándolo por delante y por detrás , estirando… Es importante acompañar el masaje de palabras suaves y cariñosas. Que el bebé sienta que la persona que está haciendo el masaje está disfrutando tanto o más que él.

Los masajes en la cara son muy importantes, especialmente en torno a la boca (tocándola muy suavemente) ya que se movilizará esta zona facilitando su futura capacidad de habla. Se pueden hacer círculos alrededor de los labios hacia la derecha y hacia la izquierda, “subir” los mofletes…etc.

Los masajes en la tripa son muy adecuados para facilitar la digestión. Se pueden hacer en círculo en el sentido de la digestión para facilitar el tránsito del alimento a través del tubo digestivo.

El cerebro de los bebés

Cuando el bebé nace su cerebro no es un libro en blanco como a veces podemos creer, y es que la información que el sistema nervioso recopila ya durante la vida intrauterina es muy extensa. Al nacimiento, este pequeño cerebro es todavía un libro sólo con el prólogo y en el que queda todo el desarrollo por escribir.

El sistema táctil es una de las principales fuentes de adquisición de información que tienen nuestros bebés para aprender; el uso de las distintas partes de su cuerpo y la estimulación de la piel es lo que irá dibujando el mapa cerebral de las distintas partes del cuerpo de nuestros bebés, paso primero y fundamental para poder conocer después el medio que les rodea y relacionarse con él.

Recomendamos hacer una valoración del bebé sano.

El bebé necesita ser tocado para tener una correcta representación cortical de su cuerpo.

El mejor masaje para el bebé es el cariño

La labor de los padres y madres es jugar, tocar, mover y disfrutar todo lo posible de nuestros hijos. Cuanto más contacto se tenga con los bebés, mejores “fisioterapeutas” estarán siendo para sus hijos.

Es importante recordar que si las familias observan problemas concretos es importante llevar a los bebés a que los vean profesionales.

Nuestra conclusión como fisioterapeutas es que para hacer un masaje a un bebé en casa, lo importante es jugar y disfrutar. No hace falta una técnica depurada a la hora de interaccionar con nuestros bebés, lo importante es tocarlos y achucharlos mucho.

Revisión del niño sano

Desde la Clínica de fisioterapia Barrena Craus recomendamos a todos nuestros pacientes y conocidos que emprenden la nueva etapa vital de la maternidad y paternidad realizar una primera valoración del bebé sano. Esta valoración nos pueda ayudar a confirmar el correcto desarrollo del niño, descubrir precozmente pequeñas tensiones que puedan tener alguna consecuencia con el tiempo. A través de los masajes para bebés podemos aprender a disfrutar de nuestros hijos al mismo tiempo que mejoramos su estimulación y conseguimos mediante ejercicios y juegos que desarrollen plenamente todas sus capacidades.

Expertos en masajes para bebés

Por nuestra experiencia como padres y madres, y debido a las inquietudes y preguntas que muchos de nuestros pacientes adultos manifestaban sobre las pequeñas dificultades que se podían encontrar en el cuidado de sus bebés, decidimos explorar el fascinante mundo de la fisioterapia pediátrica. Como fisioterapeutas especialistas en bebés descubrimos un área maravillosa de trabajo y descubrimos que el hecho de tratar y comprender mejor a los más pequeños nos ha hecho comprender mejor a nuestros pacientes adultos. De esta forma hemos podido descubrir el origen de muchas de las patologías que nos aquejan cuando somos mayores.